Decía Borges que ni Leibniz es tan optimista ni Schopenhauer es tan pesimista como comúnmente se les piensa. Efectivamente, el filósofo al que su madre consideraba personalmente insoportable y al que Nietzsche calificó como "maestro de la decadencia", prefería la compañía de su perro a la de los hombres, pero nunca llegó a afirmar, por ejemplo, que el infierno fuesen los otros, sino que siempre vio en la alteridad, en la renuncia a la voluntad individual y en la compasión, la posibilidad de una existencia feliz. No por mero sentimentalismo o por el exotismo oriental que se ha extendido entre nosotros bastante superficialmente, sino porque así se sostenía a partir de su concepción metafísica de la naturaleza y del conocimiento y la voluntad humana.
Frankfurt le ofreció a Schopenhauer el refugio para sus últimos 28 años de vida, luego de su fracaso académico en Berlín. Allí pudo publicar nuevas ediciones de sus obras pasadas, así como también varias otras nuevas. Allí escribió sus Parerga y paralipómena, la obra que le dio el renombre que hasta entonces se le había negado por enfrentarse al entusiasmo idealista en que estaba sumida la academia por causa de Fichte, Hegel y Schelling. Allí redactó también sus fragmentos póstumos, entre los que se encuentra este volumen intitulado Senilia. Gedanken im Alter.
En estos textos no se debe buscar demasiada originalidad. Si es cierto que todo filósofo es capturado a lo largo de su vida por una única idea, esto es especialmente evidente en el caso de Schopenhauer. Así como el último Cézanne pintaba el mismo paisaje varias veces, no para lograr el cuadro perfecto sino para resaltar la riqueza de la naturaleza y la variedad perceptiva, Schopenhauer nunca dejó de escribir variaciones y complementos de lo que sostuvo en El mundo como voluntad y representación. No obstante, ello no le quita originalidad a cada nueva página, pues lo mismo requiere expresarse siempre de modos diversos, y especialmente si son las reflexiones libres de quien se ve a sí mismo como alguien que ha llegado serenamente al final de su vida; no con las premuras kantianas por darle coherencia al sistema, sino dedicándose a encontrar los puntos que corroborarían su pensamiento en la ciencia y en la vida cotidiana, con la cual fue siempre muy cercano - como lo testimonia su propia Metafísica de las costumbres.
Tanto los estudiosos de Schopenhauer como sus lectores en nuestro idioma tienen en esta publicación una nueva oportunidad para aproximarse a sus pensamientos no exentos de polémica. Hay que saludar, por lo demás, la impecable edición de Herder.
Título: SENILIA. REFLEXIONES DE UN ANCIANO
Autor: ARTHUR SCHOPENHAUER
Formato: 14.1 x 21.6 cms.
Páginas: 472
Editorial: Herder
Ciudad: Barcelona
Año: 2010
Traducción: Roberto Bernet
ISBN: 978-84-254-2695-7
Editorial: Herder
Ciudad: Barcelona
Año: 2010
Traducción: Roberto Bernet
ISBN: 978-84-254-2695-7
Reseña editorial:
Entre los papeles del legado póstumo de Schopenhauer se encontró un volumen de unas 150 páginas que el filósofo escribió durante sus últimos años de vida y que tituló Senilia. Día a día anotó en este »libro de pensamientos« el fruto de sus meditaciones cotidianas: citas, reflexiones, recuerdos, consideraciones científicas, observaciones psicológicas, improperios e invectivas, esbozos y planes, reglas de buenos modales y máximas para la vida. Eran las últimas gotas de sabiduría que le ofrecía el pensar filosófico, una medicina del espíritu que le hacía la vejez soportable e incluso agradable. Por primera vez aparece la publicación de este manuscrito transcrito y editado como el mismo Schopenhauer lo concibió.
Página Web de Herder Editorial.
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