domingo, 11 de septiembre de 2011

Hegel de Eugen Fink

La editorial Herder ha publicado un muy importante aunque poco conocido estudio sobre Hegel escrito por el filósofo alemán Eugen Fink, de quien se conoce mucho más su estudio sobre Nietzsche, marcado fuertemente por la impronta ontológica de Heidegger. Este otro estudio, sin abandonar la impronta ontológica que es explícita en ocasiones, se ubica en el ámbito fenomenológico heredado de Husserl, de quien Fink fue asistente, y en tanto tal indaga por la condición fenomenológica misma de la Fenomenología del Espíritu de Hegel. Constituye, pues, además de una excelente muestra de exégesis fenomenológica, un puente que tanto une como distingue al filósofo idealista (que a decir de Heidegger fue el punto culminante, más acabado, de la metafísica) y a aquél que, desde el "mundo de la vida", fundó la escuela fenomenológica. La "cosa misma" sobre la que se vuelca aquí la agudeza de Fink es el propio pensar de la metafísica, en su desenvolverse histórico, tal como la pensó Hegel. El libro sigue a lo largo de sus lecciones la estructura misma de la Fenomenología, destacando el paralelo que postula entre esta obra y la Crítica de la razón pura de Kant.

El índice de la obra puede verse aquí.

Título: HEGEL: INTERPRETACIONES FENOMENOLÓGICAS DE LA FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU
Autor: EUGEN FINK
Formato: 14,1 x 21,6 cms.
Páginas: 456
Editorial: Herder
Ciudad: Barcelona
Año: 2011
Traducción: Iván Ortega Rodríguez
ISBN: 978-84-254-2607-0



Reseña editorial:
La presente obra ha sido elaborada a partir de las lecciones de Eugen Fink sobre la Fenomenología del espíritu de Hegel, con las que el autor intentó responder a la exigencia planteada por Edmund Husserl de ir «a las cosas mismas» y filosofar desde ellas a la hora de interpretar un texto de la historia de la filosofía. Fink, destacado representante de la filosofía alemana de la segunda mitad del siglo XX, no se limita a aplicar el instrumental desarrollado por la fenomenología, sino que deja claro que el método y la cosa no han de separarse. Impartidas por primera vez en 1948, estas lecciones, pues, no solo explican los pensamientos de Hegel, y con ello los hacen más comprensibles, sino que son filosofía en sentido genuino.

«Las investigaciones que siguen vienen marcadas no sólo por la pretensión de entender un texto, sino, más bien, de avanzar hacia la “cosa misma” (die Sache selbst) que pueda estar en la mirada pensante de Hegel. Se trata para nosotros, para cada uno de nosotros, de la cosa misma y sólo de ella, en la medida en que aspiramos a hacer comprensible nuestra existencia (Dasein).»

Página Web de la editorial Herder.

martes, 23 de agosto de 2011

Variaciones sobre el cuerpo de Michel Serres

Desde que el cristianismo condenó al cuerpo como fuente e instrumento del pecado, ha pesado sobre el mismo la consideración de su animalidad, tardándose en reparar que la sensibilidad y la corporalidad del hombre, así como lo instintivo en él, son necesariamente distintos desde el privilegio que tiene en él la conciencia, aun en sus niveles más elementales. Cuando se dice que un animal "baila", no es sino el hombre quien significa ese movimiento, y en esa significación extiende sus movimientos y posturas mucho más lejos.

Por otro lado, desde que Platón inoculara en la tradición occidental la idea de que en el origen está el alma sin el cuerpo, y la filosofía se dedicase en buena parte a justificar la inmortalidad del alma, nos dedicamos más al cuidado del alma que al cuidado del cuerpo, los poetas perseveraron en el mito del cuerpo como prisión del alma y olvidamos eso que Platón sabía bien pero que rechazaba: que toda idea parte de necesidades orgánicas, fisiológicas.

Por estas y otras razones interesa el breve ensayo que Michel Serres, uno de los más importantes filósofos de la ciencia, nos presenta con sus Variaciones sobre el cuerpo, concebido también como homenaje a aquellos que no han perdido su atención sobre nuestra corporalidad, entre los que habría que incluir usos tan actuales como antiguos, como los tatuajes y los piercings.


Título: VARIACIONES SOBRE EL CUERPO
Autor: MICHEL SERRES
Formato: 13,5 x 21 cms.
Páginas: 146
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Ciudad: México
Año: 2011
Traducción: Víctor Goldstein
ISBN: 978-95-0557-862-7

Reseña editorial:
Escritas como elogio a los profesores de educación física y a los entrenadores, a los guías de alta montaña, a los atletas, bailarines, mimos, clowns, artesanos y artistas, estas Variaciones describen las admirables metamorfosis que sus cuerpos pueden llevar a cabo. Los animales carecen de tal variedad de gestos, posturas y movimientos. El cuerpo humano, flexible hasta la fluidez, imita a voluntad a seres vivientes y cosas; y además crea signos.

El espíritu, presente en esas posiciones y metamorfosis, nace de esas variaciones. Los cinco sentidos no son la única fuente del conocimiento: éste emerge, en gran parte, de las imitaciones que hace posibles la plasticidad del cuerpo. En él, con él y por él comienza el saber.

Del deporte al conocimiento, pasa de la forma al signo, para levantar vuelo como cuerpo glorioso. ¿Qué es la encarnación? Una transfiguración.

sábado, 20 de agosto de 2011

Breve historia del alma de Luca Vanzago

Desde la religión y la metafísica hasta el psicoanálisis y las neurociencias, Luca Vanzago hace un amplio recorrido por diversas concepciones del alma. Como aproximación general, tiene algunos problemas conceptuales, especialmente cuando se hacen poco claras las distinciones entre alma, mente, inconsciente; cuando no distingue filológicamente comprensiones de ella que son divergentes, e incluso cuando arriesga a tomar como versiones del alma a determinadas doctrinas filosóficas. A pesar de ello, el autor parte de un presupuesto acertado: la imposibilidad de probar su existencia, para enfocarse más bien en los modos como se le ha comprendido. No se encuentra en esta obra mayor profundidad, pero no deja de ser sugerente para hacer un repaso de una noción que incluso hoy no nos suelta, ni filosóficamente ni en el sentido común del término.

El libro se divide en siete partes: "Antiguas concepciones del alma", "El viraje al cristianismo", "La revolución científica y las modernas concepciones filosóficas del alma", "Kant, el idealismo alemán y las filosofías anti-idealistas", "Positivismo y antipositivismo en el siglo XIX y principios del siglo XX", "La fenomenología y el existencialismo", "Filosofía analítica, ciencias cognitivas, neurofilosofía".



Título: BREVE HISTORIA DEL ALMA
Autor: LUCA VANZAGO
Formato: 13,5 x 21 cms.
Páginas: 286
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Ciudad: México
Año: 2011
Traducción: María Julia de Ruschi
ISBN: 978-95-0557-859-7

Reseña editorial:
¿Qué es el alma? ¿Dónde se encuentra? ¿De dónde viene? El hombre ha intentado responder a estos interrogantes desde mucho tiempo antes que la filosofía reflexionara acerca de ellos. La continua renovación de estas cuestiones a lo largo de los siglos bajo formas muy diversas propone una y otra vez el problema acerca del sentido de la vida y la existencia.

El concepto de alma ha sido abordado desde diversas posiciones filosóficas, muchas de ellas opuestas. En Breve historia del alma, Luca Vanzago busca puntos de contacto entre dichas posiciones con el objeto de lograr una perspectiva que permita reconstruir el significado general de un término que posee múltiples sentidos. De este modo, sostiene: "No se buscará una definición axiomática o categórica del alma. Se apuntará más bien a una definición problemática y operativa: se intentará entender de qué formas la pregunta que el alma, o sea, el hombre, se hace sobre sí misma ha encontrado respuesta, pero sobre todo ha especulado y ha concretado concepciones generales para formular las propias respuestas. Debajo de la pluralidad de aspectos no hay una esencia inmutable, sino una pregunta siempre renovada y que no se agota jamás. Hablar del alma significa hablar de un problema que no encuentra su verdadera y auténtica respuesta y solución de una forma definitiva, sino, por el contrario, en la continua reapertura de la indagación, en la no agotada e inagotable sed de saber qué 'es' el alma, como interrogante, duda o tormento que cada uno siente al preguntarse quién es y por qué es".

miércoles, 17 de agosto de 2011

Descripción del ser humano de Hans Blumenberg

Si bien la tradición metafísica occidental privilegió a la vista por sobre todo otro sentido (la Metafísica de Aristóteles, la Visio Dei del platonismo místico, etc.), poco se ha indagado sobre la fenomenología misma de la visión. Prácticamente hasta la fenomenología husserliana y la de Merleau-Ponty, y el más reciente interés científico por las implicancias evolutivas de la vista en diversas especies, la visión humana en la filosofía ha sido supeditada a una comprensión idealista del conocimiento. En su Descripción del ser humano, Blumenberg tomó distancia de las críticas heideggerianas al predominio de la visión (basadas a su vez en las de Nietzsche), precisamente por el renovado interés científico en ella y por las vetas abiertas por la indagación fenomenológica que Heidegger puso de lado. En otras palabras, frente al descuido de la analítica existencial, que reincide en la incomprensión metafísica, el análisis fenomenológico posibilita una recuperación del lugar central de la visión en la constitución de la conciencia (no sólo la humana). Conciencia en lugar de Dasein es la prerrogativa de Blumenberg, y su resultado es un brillante y completo estudio que, a pesar de su erudición y sus complejidades, no perdería interés y claridad para el lector no especializado que se haya mirado en un espejo e incluso para aquél que no ve tan bien.

Título: DESCRIPCIÓN DEL SER HUMANO
Autor: HANS BLUMENBERG
Formato: 15,5 x 23 cms.
Páginas: 687
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Ciudad: México
Año: 2011
Traducción: Griselda Mársico
ISBN: 978-95-0557-858-0

Reseña editorial:
La antropología de Hans Blumenberg, publicada en edición póstuma, se inicia con una tesis sencilla pero trascendente que constituye el principio central de su antropología fenomenológica: el ser humano es visible. Entre los primates, el Homo sapiens es el único que tiene una postura erguida y camina en esa posición. Por eso puede ver particularmente bien y también puede ser visto. Sólo puede ver al precio de ser visto. La optimización de la percepción visual va así acompañada de un riesgo: el aumento de la visibilidad. El hecho de estar tan expuesto modela la relación del humano con el mundo y lo convierte en un virtuoso de su propia puesta en escena, pero también del disimulo y el ocultamiento. Debido a eso la visibilidad también significa que el humano es opaco, tanto para los otros como para sí mismo, y suscita además el vínculo autorreferencial: reparar en que uno puede ser visto conduce a la reflexión y a la vez es un resultado contingente en el proceso evolutivo.

La Descripción del ser humano tiene su hilo conductor teórico en la orientación decididamente fenomenológica. Aquí Blumenberg filosofa con Husserl contra Heidegger: a favor de la "evidencia" de la teoría, en contra de la praxis del "cuidado". Pero eso también supone que el tema de la antropología ya no puede ser la conciencia específicamente humana –y menos aún el ser humano–, sino sólo la conciencia trascendental, la conciencia "en general". "Antropología fenomenológica": ¿una contradicción en sus propios términos? No del todo. Por ser esencialmente un vínculo objetivo, toda conciencia tiene que estar encarnada, ser inmanente a un cuerpo. Y aquí se cierra el círculo: la reflexión, que comienza con la visibilidad, permite ocuparse del cuerpo y de la conciencia. De modo que en la "descripción del ser humano" realizada de esta manera la fenomenología dilucida sus propias condiciones de posibilidad.

Puede leer un fragmento en la página Web del Fondo de Cultura Económica.

viernes, 29 de julio de 2011

Federico Camino sobre La ontología de Ortega y Gasset de Alfonso Cobián

Reproduzco a continuación una reseña de Federico Camino sobre el libro La ontología de Ortega y Gasset de Alfonso Cobián y Macchiavello (Lima: Instituto Riva-Agüero, 1960, XII y 82 p.). Esta reseña, así como el libro de Cobián, han despertado en mí un interés por Ortega precisamente a causa de lo que en su libro Cobián critica como una presunta limitación. En todo caso, como lo señala también el profesor Camino, creo que en ese carácter polémico y no fríamente expositivo radica el mayor interés de La ontología de Ortega y Gasset, aún hoy, a pesar de sus cincuenta años de publicado. La presente reseña apareció originalmente en Mercurio Peruano. Revista mensual de ciencias sociales y letras, Nº 402, octubre 1960, pp. 480-482.


El presente trabajo de Alfonso Cobián -prologado por el Dr. Víctor Andrés Belaunde- constituye un certero análisis crítico de la ontología de Ortega. El núcleo cohesionador de la investigación es el estudio de la vida humana, realidad radical y punto de partida de la ontología orteguiana; realidad por ser lo único verdaderamente dado y radical por radicar en él: el yo y la circunstancia; en última instancia, el abarcante, que incluye al sujeto y al mundo.

En la Introducción y como propedéutica indispensable, analiza Cobián las influencias recibidas por Ortega (de Kant, Bergson, Dilthey, Maine de Biran, Heidegger y Husserl) que con el desarrollo de la investigación van adquiriendo perfiles más definidos.

La Primera Parte está dedicada al análisis del sistema vital, la vida en sí, como realidad constituyente, como posibilitante de una nueva concepción del Ser. La Segunda Parte está dedicada a la concepción misma del Ser, a la estructura del mundo objetivo y al problema axiológico en relación a la esfera ontológica.

La necesidad de acuñar categorías hábiles para comprender la vida humana, obliga a un análisis detenido de ella. La vida humana individual (existencia concreta) tiene la certeza de la plena inmediatez e inicia una nueva idea del Ser, una nueva ontología en la cual no caben criterios sustancialistas. El "polo interior" de la vida está dado por el Yo y el "polo trascendente" por la circunstancia (circum-stantia, lo que está alrededor), que es todo lo que soy Yo, que constituye un mundo que no es la suma de las cosas sino el horizonte de totalidad sobre las cosas y distinto de ellas. El atributo principal de la vida humana es su dinamismo; la vida humana es un estar en el mundo, pero en mi mundo, en mi circunstancia y como tal es un proyecto vital en el cual nada le ha sido regalado al hombre, es alteridad radical. Nos dice Ortega: "La vida humana no es una entidad que cambia accidentalmente, sino, al revés, en ella la sustancia es precisamente el cambio, lo cual quiere decir que no puede pensarse eleáticamente como sustancia".

Las circunstancias son posibilidades que permiten realizarse al hombre puro y su realizarse es imperativo de la inseguridad radical que constituye su esencia, es la nihilidad constitutiva la raíz del dinamismo vitalista. La Libertad tiene en el hombre una dimensión de fatalidad, la necesidad de decidirse, la necesidad de actuar, por eso la esencia del hombre es la libertad, sin embargo Cobián descubre un vacío en la explicación de dicha libertad, en la doctrina de Ortega "no se encuentra la razón de ser posibilitante de la libertad", nos dice Cobián. Analiza entre los atributos de la vida la soledad radical del hombre, su capacidad de ensimismamiento, así como la posición de Ortega al enfrentarse al fenómeno vida humana desde sí misma, dentro de una postura inmanentista y la concepción del (481) hombre no como naturaleza sino como historia, expuesta en "La Historia como Sistema".

Certeros, y acompañados de las citas oportunas, son los análisis que dedica Cobián al Yo y sus estratos. La ubicación del Yo en el mundo se realiza por el cuerpo, estrato básico, el cual es "percibido cenestésicamente como puro dinamismo" y tiene la textura del "élan vital" de Bergson. El Yo auténtico es el alma, es el centro de la vida. El problema de la persona, repara Cobián, no ha sido tratado ampliamente por Ortega y este no ha dado solución satisfactoria a esa cuestión básica. La vida como opción no encuentra su justificación en la nihilidad ontológica del hombre, y necesita un asidero que en Ortega no se halla. El hombre no es básicamente libertad sino frente a las cosas, de allí que su esencia sea una esencia referida a la circunstancia y no un sustentáculo constitutivo que posibilite esa libertad.

La circunstancia, como polo trascendente, es estudiada por Cobián en relación al Yo en su realizarse, en su hontanar vital. Las creencias y el criterio de perspectiva "implican la reducción del mundo al horizonte o contorno de cada individuo, a su circunstancia" y no superan el relativismo. Las creencias no tienen "ningún correlato que las apoye". La verdad tampoco tendrá ninguna base sólida, siendo el "árbitro del conocimiento la propia vida" toda verdad tendrá que ser vital, concreta, mudable y temporal como el transcurrir de la vida misma. La verdad sería una suma de puntos de vista, en la cual ninguno de esos ángulos de captación tiene patrimonio de "la verdad".

La posición de Ortega frente al mundo no es ni realista ni idealista sino, como dice García Bacca, es una "ontología subjetiva" mas no subjetivista. El Perspectivismo es la piedra angular de su concepción del mundo y, como observa Ferrater Mora, base de 1a Teoría del Conocimiento. Es el monismo de perspectiva "lo que impide llegar a una Ontología integral" pues reduce el mundo a la circunstancia. El problema del Ser ocupa el interés principal de la Ontología de Ortega y sus análisis son prolegómenos a ese interés metafísico, y buscan como Heidegger, el sentido del ser, la "razón de ser del ser". Considera Ortega que hay que "aceptar dos categorías de los objetos: el ente y el ser. El ente es lo que hay, la resistencia, el ser-ahí con Hartmann. El Ser es un concepto, algo puesto por el hombre, supone un sujeto cognoscente". De allí el carácter relacional del Ser, observa Cobián. Es el carácter puramente fenoménico de las cosas lo que obliga al hombre a atribuirles ser, el ser sería una categoría de la inteligencia. "El ser nace, como la vida, del enfrentamiento de un yo y una circunstancia", por tanto, la vida es la raíz del ser, es quehacer intelectual el descubrir el ser de las cosas y el ser de sí mismo. Apunta Cobián claramente: "El carácter ontológico de la vida es ser ontologizante, proyectora del Ser". Es la fuerza de la inteligencia la que inmersa en lo fenoménico y dinámico de la circunstancia, la que proyecta el ser. Se trata de un correlativismo ser-vida que se convierte en relativismo: "Ya que la esencia no encuentra correlato". Se dan dos acepciones del ser, observa Cobián, gnoseológico, ser corno proyección iluminativa del hombre sobre las resistencias del contorno, y otra metafísica, que consiste en trascender lo circunstancial que es fenoménico e introducir una categoría de tipo intelectual que la llene de sentido, de allí la "vocación metafísica del hombre" y su imposibilidad de una ontología de lo objetivo.

Cierra el libro de Cobián, una breve referencia a la índole de los valores en la cual estos aparecen en contradicción a la estructura del ser, por tener estos cualidad propia. "De haber tomado en serio la objetividad del valor, observa Cobián, (482) habría tenido Ortega que rehacer ab initio las bases de su Ontología". La grieta del "vitalismo" de Ortega radica principalmente en "rehusar someter al hombre a algo que trascienda el nivel de su experiencia". Ha partido Ortega de la vida humana como existencia consciente que existe como conciencia de existir, pero se ha quedado en el fenómeno, pues como para Sartre en "el Ser y la Nada" "el fenómeno es absolutamente indicativo de sí mismo". Habiéndose quedado Ortega frente al problema de la persona como un dinamismo auto-creador de experiencias, ha dejado sin base la última estructura Óntica de la persona, aquella que posibilita íntimamente su hacerse; "la idea de "vocación", dice Cobián, es presentada como una simple tendencia psicológica". Con la sola perspectiva vitalista no se agota la realidad pues no explica el ser de las cosas sino sólo como posibilidad en mi vida. La negación de la esencia es, en última instancia, la debilidad de la Gnoseología de Ortega (monismo de perspectiva) y es a la autarquía (superada por Zubiri en su concepto de religación) atribuida al sujeto en la determinación de la realidad de donde nacen las limitaciones de su Ontología y no de su punto de partida, la vida humana.

El libro de Alfonso Cobián M. constituye así un aporte sustancial a la bibliografía de Ortega y Gasset que, desde el primer estudio serio (Humberto Díaz Casanueva: Das Bild des Menschen bei Ortega y Gasset und seíne Beziehung zur Herziehungs - wissenschaft) en 1938, sólo ha sido incrementada con investigaciones de tipo expositivo y no de ajustada crítica.


Federico Camino Macedo.

miércoles, 13 de julio de 2011

Los rostros de Jano de Luis E. Bacigalupo

Reproduzco la nota editorial del libro de Luis Bacigalupo, Los rostros de Jano. Ensayo sobre San Agustín y la sofística cristiana (Lima: PUCP, 2011). No escribo aquí sobre éste por dos motivos. El primero es que, aun cuando conozco bastante bien la tesis del libro y su desarrollo, por diálogos con el autor, y aunque he colaborado con dos de las fuentes allí citadas, no he leído aún el resultado finalmente publicado. Y el segundo es que me he comprometido a realizar una reseña formal sobre el mismo (en su momento actualizaré esta entrada para indicar dónde se publicará dicha reseña). Por lo demás, sabiendo bien de qué trata, recomiendo la lectura de este ensayo que ofrece Bacigalupo no sólo a los especialistas en el pensamiento agustiniano, sino más que nada a todo creyente cristiano, para que ahonde en las fuentes de su religión con una mirada lúcida y renovadora (Bacigalupo resalta las fuentes no-platónicas del obispo de Hipona), y asimismo a todo buen ateo, porque el pensamiento de San Agustín es un pilar fundamental de la fe cristiana que debe serle conocido y, más aún, si es por medio de un ensayo que está escrito en abierta polémica con la teología oficial y su tradicional (y cómoda) recepción del corpus agustiniano. Además, este libro no supone meramente un interés paleontológico, sino que se dirige a la reflexión sobre el sentido y las posibilidades de la religión actual. En ese sentido, tengo entendido que el autor continuará con la impronta aquí iniciada a través de otros dos ensayos que echen más luces sobre el tránsito cristiano a una modernidad que desemboca en la secularización, mas no únicamente como réplica a la religiosidad precedente, sino además (y quizá especialmente) como una reformulación y continuidad de esa misma religiosidad; es decir, de sus componentes nucleares. Esperemos que, entretanto, esta primera entrega se abra paso más allá de los muros de la academia, porque allí afuera es donde crecen los matorrales de la fe, mientras que nuestros filósofos suelen quedarse adentro, al lado de su chimenea y frente a un espejo, exentos de batallas, pues les da igual si la filosofía sigue siendo esclava de la teología.


Título: LOS ROSTROS DE JANO. ENSAYO SOBRE SAN AGUSTÍN Y LA SOFÍSTICA CRISTIANA
Autor: LUIS E. BACIGALUPO

Páginas: 175
Editorial: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú
Ciudad: Lima
Año: 2011
Prólogo: Jean Grondin.
ISBN: 978-9972-42-962-0

Reseña editorial:
Acaba de publicarse Los rostros de Jano. Ensayos sobre san Agustín y la sofística cristiana (Fondo Editorial PUCP, 2011), libro de Luis Bacigalupo que nos permite redescubrir el mundo de uno de los pensadores más fascinantes e influyentes de la filosofía occidental y hacer, además, una revisión profunda de las categorías de las que nos servimos para comprenderlo.

En este trabajo, Bacigalupo nos va mostrando que san Agustín resulta ser no solo un ilustre retórico formado en la tradición jurídica romana, sino un escéptico y un sofista; es decir, se trata de una tesis provocadora que rescata los aspectos positivos de la “sofística” cristiana y critica la pretensión de ignorarla como si se pudiera eliminar uno de los rostros de Jano —dios romano caracterizado por su doble faceta que mira en direcciones contrarias.

En ese sentido, el instrumental utilizado por san Agustín para defender la doctrina cristiana y ejercer su crítica contra la falta de bases científicas de la misma es lo que Bacigalupo denomina el efecto Celso y es el centro significante de la metáfora de Jano.

Este trabajo no solo propone una nueva mirada al pensamiento agustiniano, sino que va más allá al ofrecer una acertada crítica de un cristianismo cuya desatendida veta sofista reclama ser reinventada para expresar la verdad religiosa en consonancia con los signos de los tiempos.

Luis E. Bacigalupo (Lima, 1955) es doctor en Filosofía por la Universidad Libre de Berlín y profesor principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado Intención y conciencia en la Ética de Abelardo (Lima, 1992) y coeditado, junto a Manuel Marzal, Los jesuitas y la modernidad en Iberoamérica 1549-1773 (Lima, 2007). Asimismo, es autor de numerosos artículos en publicaciones especializadas de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.

martes, 17 de mayo de 2011

El talón de Aquiles (Pontificia Universidad Católica del Perú)




El Centro de Estudios Filosóficos (CEF) de la Pontificia Universidad Católica del Perú ha lanzado un "portal de recursos para la enseñanza de la filosofía" llamado El talón de Aquiles. Hay que felicitar, sin duda, el esfuerzo continuo del CEF en la promoción de la filosofía en el Perú, en el que se inscribe la creación de este portal que puede ciertamente ser muy útil en la recopilación de información que aparece dispersa en la Internet y a la que muchas personas, si bien podrían acceder, no tienen la facilidad o el tiempo para realizar por su cuenta búsquedas detalladas.

La imagen del talón de Aquiles (junto a la del Caballo de Troya) es de las pocas referencias míticas griegas que permanecen de uso común en el imaginario popular. Con ella se señala la ineludible fragilidad de quien aparenta no tener ninguna otra debilidad fatal: "ése es su talón de Aquiles". E incluso se usa también, de forma mucho más libre y un tanto incorrecta, para señalar una multiplicidad de debilidades: "tiene muchos talones de Aquiles". En el portal se señala que con la expresión se quiere caracterizar el trabajo de la filosofía, en el sentido de recordarle a las personas esa vulnerabilidad propia de la condición humana. Ello no puede ser sino bienvenido, toda vez que esto supone afirmar el espíritu crítico de la filosofía, incluso contra sus propios dogmas. Ahora bien, me temo que esta primera versión del portal no sólo tiene un talón vulnerable como el de Aquiles, sino algunas otras partes del cuerpo también. Señalo a continuación lo más saltante que me parece que puede ser mejorado.

En la presentación misma hay cierta confusión de términos que puede parecer una exquisitez erudita corregir, pero que no lo es si el portal quiere mantener rigurosidad académica y no ser simplemente un canal de popularización del oficio. Esto, sobre todo, desde que Platón nos previniera de no separar lo que debe estar unido, ni unir lo que debe mantenerse separado. Me refiero al hecho de poner en un mismo plano al mito homérico y lo que llaman "cuidado del alma". En Homero no hay tal cosa porque, como lo trabajó Bruno Snell hace ya varias décadas, no existe en la concepción homérica del hombre algo así como "el alma", ni mucho menos habría que cuidarla. Eso es platónico, porque, además, no todo filósofo comparte esa obsesión anímica, como es el caso de Nietzsche; por lo que no es tan buena idea caracterizar así a la filosofía, más allá de que suene bonito para quienes buscan en ella lo que podrían encontrar mejor yendo a un terapista. Hay que evitar, pues, el uso antojadizo de los mitos griegos que los descontextualiza. Eso no ayuda a una buena formación filosófica.

En cuanto a los filósofos sobre los que se ofrece información, hay una buena cantidad: 43 filósofos que representan corrientes y épocas diversas. A primera vista, sin embargo, noto la ausencia de por lo menos una veintena de filósofos importantes que ojalá sea cubierta pronto. Entre ellos están: Tales (que no por gusto es considerado el primer filósofo), Heráclito y Parménides (por no mencionar a los otros presocráticos que podrían ser agrupados en conjunto), Epicuro (importante en la disyuntiva epicureismo-estoicismo que mucho se maneja pero poco se conoce), Sexto Empírico (como representante de una línea escéptica crucial para entender las refutaciones e inclusiones de los argumentos escépticos en Aristóteles, Plotino, San Agustín, Descartes, Husserl, etc.), el mismo Plotino (el neoplatonismo está bastante descuidado en la selección), Cicerón y Séneca (por no mencionar a estoicos "rebuscados"), San Anselmo (sin el cual no hubiese habido escolástica), Siger de Brabante (crucial para entender la empresa del Aquinate), Ockham (que es necesario para entender los precedentes del criticismo kantiano y de la reforma luterana), Meister Eckhart, Nicolás de Cusa, Giordano Bruno (el vínculo entre Edad Media y modernidad no está presente), Voltaire (importantísimo junto a Rousseau y otros en el contexto de la Revolución francesa), Fichte y Schelling (sin los cuales no puede entenderse en lo más mínimo el idealismo alemán y que son quizá las ausencias más notables), Feuerbach (como representante del influyente hegelianismo de izquierda), Kierkegaard y Schopenhauer (otro par de ausencias inexplicables), y ya en el terreno de la filosofía contemporánea, y dado que hay inclusiones asombrosas como las de Dewey, Ayer y Nussbaum, por qué no incluir también a Bergson, Sartre, Fink, Merleau-Ponty, Jaspers, Deleuze y Derrida.

Si bien la filosofía peruana y la latinoamericana en general no son tan significativas como la europea y la anglosajona, no incluirlas redunda en el desconocimiento de aquello que, para bien o para mal, hemos sido y somos filosóficamente hablando. Que alguien estudie filosofía en el Perú y no sepa que Javier Prado (el mismo de la transitada avenida) fue un filósofo (independientemente de su valor como tal), dice bastante al respecto.

El llamado pensamiento oriental es otra exclusión importante, sobre todo siendo que están de moda los gurús que casi siempre simplifican y deforman las longevas tradiciones orientales. Teniendo a un brillante orientalista como José León en la PUCP, el asunto es más lamentable aún.

Otras dos ausencias notables dentro de las áreas colocadas en el portal son la estética o filosofía del arte y la filosofía de la religión. Teniendo la filosofía sus fuentes en la literatura y la religiosidad griegas, no son ausencias secundarias.

Por otro lado, el diseño de las páginas es muy poco atractivo. Los dibujos de los filósofos son simpáticos pero poco más que eso (y, dicho sea de paso, la Iglesia católica no le ha colocado aureola a Abelardo, ni falta le hace; y ese San Agustín parece un Juan Pérez). Pero lo principal es la poca interacción que ofrece el portal, que es demasiado estático, coloca muchas cosas juntas, los colores no ayudan a la lectura, no se resalta la información relevante sino que todo es bastante monótono, y no se aprovechan satisfactoriamente los recursos técnicos que ofrece la llamada Web 2.0 o recursos habituales en páginas Web como las animaciones Flash.

El portal señala en la descripción de su nombre su objetivo, pero lo que no parecen sus creadores tener claro son los criterios sobre la estructura, los contenidos y la utilidad del portal. Este es, a mi juicio, su principal error. Creo que no se trata de divulgar cuanta información se encuentre en la Internet, sin un tamiz crítico que la academia puede precisamente brindar. Sin embargo, esa parece ser la lógica de lo que hasta ahora ha sido colocado en las distintas páginas. Lo que se deja extrañar son esos criterios y la información que a partir de ellos pudiese orientar al estudiante, profesor o interesado en la filosofía a valorar unas fuentes más que otras, a conocer cuáles son las mejores traducciones y ediciones disponibles y por qué, a señalar las simplificaciones o reduccionismos que debieran ser advertidos, etc. Incluso a ofrecer precisiones biográficas importantes que no se encuentran ni en la Enciclopedia Británica ni en Wikipedia.

En la línea de lo anterior, se puede observar que no ha habido criterios adecuados para el manejo de la información. Por ejemplo, los títulos de los artículos a veces son puestos en mayúsculas y a veces no; no hay diferenciación entre títulos de libros y de artículos, etc. La estructura del portal es en varios puntos confusa (la misma página de inicio no orienta sobre todo el contenido disponible). No hay un buscador avanzado (más allá de aquél del archivo) ni un mapa del sitio, que son herramientas indispensables en un portal cuyo contenido es muy amplio y variado. Por otro lado, ¿a qué viene la clasificación de "Filosofía y actualidad"? ¿La filosofía es "actual" en la medida en que se vincule con el cine pero no en la medida en que "sólo" se lea a Platón? El portal sigue en esto el prejuicio popular en lugar de desafiarlo (dar en el talón de Aquiles).

En cuanto al contenido, la ausencia de criterios y de comentarios críticos es un poco más grave. Así, por ejemplo, algunas páginas incluyen una breve presentación de su tema mientras que otras no. Hay partes de libros presentadas como artículos (por ejemplo, el artículo que aparece como "Los problemas básicos de la Fenomenología" de Heidegger, es una traducción de la Introducción del libro homónimo). Lo mismo con el texto enlazado de Merleau-Ponty, que además es un enlace sin un mínimo de rigor académico, puesto que no colocan referencia alguna de la fuente utilizada. En el portal podrían colocar una indicación sobre si las fuentes ofrecidas están completas o no, así como una nota crítica, pero no lo hacen; colocan el enlace sin más, lo que es realmente de muy poca ayuda para quien no tiene conocimientos sobre las fuentes y ediciones disponibles. Tampoco hay distinción entre fuentes primarias y secundarias, y hay textos que no son en absoluto filosóficos, como el informe del PNUD (La democracia en América Latina). En general, el portal depende mucho del contenido que puede ser libremente distribuido (aunque algunos casos son también dudosos a este respecto); ése parece haber sido el único criterio, cuando cualquier persona sabe que los contenidos disponibles en Internet son muy variados y no siempre confiables. Eso también con los videos de Youtube enlazados.

El portal podría haberse enriquecido a su vez con enlaces al acervo disponible en la Biblioteca de la PUCP. Ya sea a través de meras referencias bibliográficas, brevemente comentadas, o de lo que ésta vaya facilitando para acceso libre en línea, como es actualmente el caso de las tesis. Para mejorar la calidad del portal, deben revisarse cuidadosamente todos los enlaces colocados. No se entiende por qué el enlace de las revistas de la PUCP aparece en la página de Fenomenología. Tampoco por qué no sale allí el enlace que ponen en la página de Hermenéutica al Círculo Latinoamericano de Fenomenología. Y, por último, tratándose de "recursos para la enseñanza de la filosofía", sería bueno que distinguieran explícitamente entre recursos para una enseñanza introductoria (incluyendo a la educación escolar) y recursos para una enseñanza más especializada.

En fin... se trata de una buena idea y de un portal necesario, pero que, por el momento, tiene varias fallas importantes que a mi juicio justificaban que no sea aún lanzado. En todo caso, ahí está y seguramente será mejorado para convertirse en la herramienta útil que pretenden sus creadores que sea, con el mismo rigor y solvencia en el que hemos sido formados quienes estudiamos filosofía en esta universidad.