Como en años anteriores, la 24 Feria Internacional del Libro de Lima (FIL Lima 2019) se realiza en el Parque Próceres de la Independencia (cuadra 17 de la avenida Salaverry, Jesús María) hasta el 4 de agosto, en el horario de 11:00 a.m. a 10:00 p.m. Más allá de lo que pueda decirse sobre el elitismo de la Cámara Peruana del Libro, el cual juega en contra de las editoriales menores y alienta la gestación de "antiferias", y más allá también de que este año la Cámara haya revestido su incompetencia para traer a las editoriales de un país invitado con un (enésimo) homenaje a nuestro más promocionado escribidor, aun así la FIL Lima sigue siendo la feria libresca más importante del país (por mediocre que ello suene). Doy, por lo tanto, algunas recomendaciones generales para aprovechar las eventuales visitas.
1. Ármese de paciencia y buen humor. No sólo porque ello sea indispensable en todo lugar atestado de personas, sino porque la organización de este año es especialmente mala, al menos en los días de feria que corren. A las largas colas generadas por la escasez de puestos de atención, hay que sumar la mala atención del personal en general, su escasa preparación para este tipo de evento (que en los últimos años ha crecido considerablemente) y el aburrimiento que los hace a algunos de ellos estar más pendientes de sus teléfonos móviles que de las necesidades de los visitantes. Son alarmantes, sobre todo, la falta de información, los protocolos mal planeados y el alto nivel de improvisación. Ni siquiera los elementos habituales y más comunes estaban a tiempo, como por ejemplo las pantallas de información afuera de los auditorios o las ánforas para el sorteo. Así que hay que saber sobrellevar estos asuntos.
2. Lleve algo de dinero en efectivo. Aunque la mayoría de puestos dispone de pago con tarjeta, algunos sólo cuentan con un tipo de tarjeta y siempre hay alguno que no recibe sino efectivo.
3. Compre su entrada con anticipación (en línea). Sobre todo si piensa ir en la tarde o noche, que son los momentos con más visitantes, no es buena idea perder tiempo y energía en las largas colas que se forman en las boleterías.
4. Evite las horas más concurridas; es decir, si lo suyo es comprar libros más que socializar o asistir a alguna presentación, trate de ir en las mañanas.
5. Los mejores días para ir a comprar libros son el primero y el último día de feria. El primer día puede encontrar libros con ejemplares únicos o escasos, que pronto dejarán de estar disponibles, aun cuando no estén en oferta o esta sea mínima. El último día, en cambio, encontrará sólo saldos, pero es también el día en el que hallará las mayores ofertas en casi todos los puestos. En ese sentido, es necesario que identifique las librerías y libros que corresponden a cada caso. Lo ilustro con algunos ejemplos personales y de este año:
- La librería El Virrey de Lima tiene dos aparadores con libros al 50% de su precio. Aun cuando algunos de esos libros tienen más de un ejemplar, tampoco tienen muchos más; de modo que conviene hacer una sola pero exhaustiva revisión el primer día. En mi caso, después que encontré allí (a 10 soles) los ensayos de estética de Sebastián Salazar Bondy (Una voz libre en el caos), otra persona se echó a buscar en cada rincón del caótico estante el mismo libro, pero no pudo encontrar otro ejemplar. Igualmente, un señor se quedó con los crespos hechos cuando abandonó un libro creyendo que nadie se lo llevaría en los siguientes cinco minutos. Aquí destacan los libros de la antigua editorial de Jaime Campodónico. Fuera de estos dos estantes, los demás libros disponibles en esta librería no tienen necesariamente la misma prioridad, ya que la mayoría de ellos se pueden encontrar igualmente en la distribuidora Heraldos Negros o en la librería Sur.
- Heraldos Negros tiene dos locales: el más amplio, donde se vende el grueso de su catálogo, que es de los mejores en importaciones, y, aparte, un pequeño puesto dedicado exclusivamente a libros con más del 40% de descuento. Siguiendo la lógica antes descrita, el primero conviene visitarlo en los últimos días de la feria, cuando los descuentos mejoran (acaban de poner recién un 10% a todos los libros), pero el segundo puesto es casi indispensable visitarlo en los primeros días. Allí, por ejemplo, he adquirido (a un promedio de 15 soles) varios libros en francés de los cuales había un único ejemplar (Vol de nuit de Saint-Exupéry, La machine infernale de Cocteau, La fin de la jalousie de Proust, Contes en prose de Perrault, Justine de Sade, etc.). Entre los libros a los que han dado un precio fijo que va de 1 sol a 30 soles, se puede encontrar buenos libros a 10 soles que, al tener un descuento aproximado del 60 al 80%, seguramente se agotarán pronto. Hay varios libros de autoayuda en el medio, pero, si está atento, no debieran pasar inadvertidos libros de editoriales como Seix Barral o Lumen. Por último, sugiero revisar en este mismo puesto los libros sobre cine, música y deportes, que tienen precios reducidos al 40 o 50% y que en unos casos tienen menos ejemplares que otros, así como también las muy recomendables novelas de Periférica (en cuyo catálogo está la excelente Ana Blandiana). Aquí también valdría la pena ver las reposiciones a mitad de feria, que pueden incluir nuevos títulos.
- Si se piensa en distribuidoras grandes como Océano, lo ideal también es esperar al fin de la feria, cuando sus descuentos podrían superar ampliamente el actual 20%, llegando quizás al 40 y 60% del año pasado. En este caso, como en otros similares, conviene echar de todos modos un vistazo, para ver si no hay algún ejemplar único, pero su capacidad de reposición es sin duda mucho mayor.
- Otros puestos con ejemplares únicos o escasos que es recomendable buscar al inicio de la feria son los puestos de las embajadas. Es el caso, sobre todo, de la Embajada de Chile y la de Cuba. La primera con sus libros de literatura, ensayo, cine y arquitectura; la segunda con sus libros de música cubana y tropical. Están, asimismo, las de Italia, Japón, Portugal y Marruecos, entre otras.
- También conviene ir pronto a algunas librerías más pequeñas, como Librería Inestable, la cual tiene un catálogo que siempre sorprende con libros que no se encuentran en otros lugares. Allí hay buenos estudios sobre poesía, artes escénicas, vanguardias artísticas, estética, fotografía, entre otros temas. Los precios no son bajos y las ofertas tampoco son muy elevadas, pero hay que tener en cuenta la naturaleza de la librería y su esfuerzo por ofrecer títulos que no llegarían de otro modo a Lima. Su público, por otra parte, es el lector más especializado; no el que sólo quiere un libro para pasar el rato.
6. Defina sus intereses y ubique las librerías o distribuidoras que más se adecuan a ellos. Como es natural, visite primero aquellas que más le interesen. Andar a la deriva puede terminar por cansarle antes de haber visto lo que más quería ver. Por ello, a menos que no sepa qué desea y el azar domine en su vida, lo más conveniente es tener en mente lo que puede encontrar en los distintos tipos de librerías y distribuidoras. Como mero esbozo de clasificación puede decirse que hay:
- Las más comerciales, en las que puede encontrar los libros y autores de moda, que no son inusuales pero que están en oferta (Planeta, Océano, Crisol, Íbero, etc.).
- Las más clásicas de nuestro medio (PEISA, San Marcos, Banco Central de Reserva, Congreso de la República, etc.).
- Las más especializadas y académicas (editoriales universitarias, Fondo de Cultura Económica, IFEA, IEP, Inestable, Palestra, etc.).
- Las que apuestan por nuevos autores (Estruendomudo, Estación La Cultura, Altazor, etc.).
- Las religiosas (CEP, Paulinas, etc.).
- Las pequeñas enfocadas en clásicos de la literatura y en obras nacionales (Delta, Ideal, Disbook, etc.).
- Y las que tienen tanto obras comerciales como especializadas y algunas ediciones antiguas (Sur, El Virrey de Lima, Heraldos Negros, La Familia, etc.).
7. Consulte a los libreros. A diferencia de los que puede encontrar cotidianamente en algunas librerías, sobre todo en aquellas con tipo de almacén, la mayoría escoge a sus mejores libreros para la feria; o, por lo menos, a gente lo suficientemente capacitada. El librero puede sacarlo de apuros, ahorrarle tiempo de búsqueda, conseguirle algún ejemplar que no se está exhibiendo, avisarle de la llegada de novedades, ayudarle a separar sus libros mientras revisa los anaqueles, etc. Incluso puede hacerle descuentos especiales o adelantarle un descuento que se realizará de manera general en los días siguientes. Confíe en su intuición: a veces conviene acercarse a los noveles y a veces es mejor acudir a los que parecen experimentados. En general, no hay razón para no confiar en ellos, pero tampoco dependa exclusivamente de ellos. Al final de cuentas, ni el mejor librero lo conoce mejor que usted mismo.
8. Evite el uso de bolsas plásticas, que, además de contaminantes, son incómodas y no son lo óptimo para proteger a los libros. En la medida de lo posible, y teniendo en cuenta la cantidad de títulos que piensa adquirir o que, quizás sin pensarlo mucho, suele adquirir, lo mejor sería llevar una bolsa de tela o una mochila (ya sea de carga o con ruedas). Tenga en cuenta que algunas librerías sólo dan bolsas de papel, lo cual es más ecológico pero no práctico si lleva muchos libros y piensa seguir comprando en otros puestos. Por último, si acaso le cuesta renunciar a las bolsas de plástico o se ve en la necesidad de recurrir a ellas, recuerde que una bolsa grande puede contener varios libros juntos y que no tiene que ir pidiendo bolsas pequeñas en cada puesto. Piense en el planeta.
9. Vaya con anticipación a las presentaciones que le interesan. Evidentemente, las del Nobel y de los autores más populares serán las más concurridas, por lo cual debe prever colas largas y, como se ha dicho, una organización generalmente deficiente.
10. Siéntase complacido con sus adquisiciones y hágase tiempo para leer. Que los árboles no se sacrifican por adorno.